jueves, 28 de noviembre de 2013

Un hermoso hallazgo fue la carta de amor de una mujer coreana, datada en 1586, que se encontró junto al cuerpo momificado de su marido, y sigue emocionando cuando se cumple más de una década de que fuera descubierto por los arqueólogos.

carta de amor
 La carta estaba junto al pecho de la momia, cerca de su corazón momificado.
Fueron arqueólogos de la Universidad Nacional de Andong quienes encontraron en el año 2000 la momia de un hombre que vivió en el siglo XVI en la ciudad de Andong (Corea del Sur). La carta desgarradora que hallaron junto a los restos era de la esposa del muerto, que estaba embarazada y que derramó todas sus penas en lo que ya se ha convertido en uno de los testimonios más elegiacos e impactantes de la historia:
Al padre de Won (transcripción de la carta del 1 de junio de 1586)
Siempre dijiste: “Amor, vivamos juntos hasta que nuestro pelo encanezca y podamos morir el mismo día. ¿Cómo has podido morirte sin mí? ¿A quién vamos a escuchar mi pequeño y yo, cómo debemos vivir? ¿Cómo pudiste alejarte de mí?
Recuerdas cómo tu corazón moraba en mí y cómo yo habitaba en el tuyo? Cada vez que nos acostábamos juntos siempre te decía: “Amor, ¿habrá alguien que se quiera como nosotros? ¿Realmente como nosotros?” ¿Cómo pudiste dejarme así, después de todo?
Es que no puedo vivir sin ti. Es que quiero irme contigo. Por favor, llévame a donde estés. Mi corazón, mis sentimientos hacia ti son lo último que podré olvidar en este mundo. En mi corazón desgarrado solo queda un dolor sin límites. Solo puedo preguntarme: ¿cómo puedo vivir con el niño si nos faltas, pensando en ti, sin fuerzas para sosegarme?
Por favor, respóndeme a todas estas preguntas, lee esta carta y contéstame con todo detalle en mis sueños, en cuanto puedas. Esa es la razón por la que te escribo esta carta y la entierro contigo. Ojalá pueda escuchar tu voz suavemente en mis sueños. Mirala atentamente y habla conmigo. Un día me dijiste que querías decirle algo al niño cuando viniera al mundo, pero te has ido tan repentinamente. Cuando dé a luz al niño, ¿a quién llamará padre?
¿Cómo puedes entender cómo me siento? No existe una tragedia como este dolor mío bajo el cielo. Te has ido a otro lugar, pero no padeces una tristeza tan profunda como la que me dejas. No puedo contar cómo me siento realmente, no puedo expresar mi dolor sin fin salvo con estas palabras ásperas y precipitadas. 
Por favor, como te digo, lee atentamente esta carta y ven a mis sueños y muéstrate y hablemos de todas estas cosas. Estoy tan segura de que podré verte en mis sueños. Ven a mí en secreto y muéstrate, ¿Lo harás?. Hay tantas cosas que debo decirte, tanto que queda fuera de esta carta. Adiós.
Te quiere,
Tu esposa

No hay comentarios:

Publicar un comentario