viernes, 28 de septiembre de 2012

La psicóloga Leonor Alicia Ardohain, escribió en su blog una conmovedora carta a Blanquita, con el título: ‘Acompañando… a Blanquita’.



“He leído en algún lugar, que cuando nos conectamos con nuestro lado doliente, aparece la capacidad de crear… y de recordar… y de caminar… y sentir que cada lugar vivido, cada pedacito de recuerdo… tiene y adquiere otra significación.
Quizás nunca sepas… mi querida chiquita… que hoy caminé contigo, que a cada paso cerca de tu casa, que a cada lugarcito recorrido juntas, que cada vidriera donde te parabas, cada puerta que transitamos juntas, cada caminata sobre los bordes salientes de tu casa, de mi mano, cada pedacito de tu casa, tiene algo de vos, de tu olorcito, de tu carita, de tus ojitos, de tu sonrisa, de tus manitas, de tu hermoso cuerpito… de tanto, tanto, que en mi mente y corazón estás, estás, sos aún una presencia…
Duele, duele mucho, pero qué grande mi mente llena de vos… llena de recuerdos, de sensaciones de abrazo, de sentirte, de meterte adentro mío, de besarte ese cuellito con ese olor tuyo, con esa entrega que sólo vos dabas…
Cuánto duele y dolerá esta partida… cuánto te llevaste… y cuánto dejaste…. Blanca mía… querida y amada muchachita, cuánto soñé que juntas recordaríamos este mal momento… cuánto soñé cuando tuvieras 15 años y te contara lo que habías producido, cuánta gente te acompañaba desde muchos lugares, pidiendo por vos, por tu sanación, por que te conectaras con tu almita y pudieras transitar este momento en tu cuerpito enfermo…
Si tu misión acá terminó, la acepto, si tu partida nos deja una enseñanza, por favor ayúdanos a transitarla, ayúdanos a ver cuál era, ayúdanos a poder sentir que valió haberte tenido, haberte disfrutado, haberte sentido, haberte acompañado durante 6 años, ayúdanos….
Ojalá pueda y tenga la capacidad de acompañar a esos otros seres, tan entrañadamente amados por mí, que vos elegiste compartir estos poquitos años, y pueda abrazarlos cada vez que lo necesiten, que pueda escucharlos y prestarles mis oídos cuando así lo requieran y que pueda sentir que algo de lo que aprendí en mi vida, sirva para que ellos tomen algo y sientan alivio a sus cortas vidas…
Recuerdo a alguien muy significativo en mi vida, que sólo me dijo cuando llegué acá… llegó el momento de llorarla, de entregarla, y de pedirle a Dios…
SEÑOR… CONCEDEME LA
SERENIDAD PARA ACEPTAR
LAS COSAS QUE NO
PUEDO CAMBIAR
VALOR PARA CAMBIAR
AQUELLAS QUE SI PUEDO
Y SABIDURÍA PARA RECONOCER
LA DIFERENCIA.

No hay comentarios:

Publicar un comentario